6 Fases arquetípicas* de Quirón y el proceso de sanación
Sé amable, pues cada persona con la que te cruzas está librando su ardua batalla.
Esta frase atribuida a Platón nos pone en contacto con los desafíos y batallas que cada una de nosotras -en mayor o menor medida, de forma más evidente o soslayada- libramos.
Todo símbolo en nuestra carta natal encierra y nos relata cuestiones acerca de nuestros conflictos, desafíos, disputas y fricciones aunque es el simbolismo de Quirón el máximo exponente astrológico de la herida.
Como todo símbolo astrológico, Quirón en nuestra carta astral, forma parte de un entramado complejo de información que, como código natal semilla se despliega y evoluciona.
El progreso de la herida -como toda evolución- cuenta con diferentes fases y será necesario transitarlas y agotar esas experiencias para poder trascenderlas y seguir la transformación.
¿A través de qué fases arquetípicas se despliega el proceso de Quirón de la herida a la sanación?
1. ¿Por qué a mí?
La herida de Quirón -como relata su mitología- es una herida provocada de forma arbitraria, sólo por el hecho de haber nacido. Es por ello que en un principio conectar con nuestra herida es conectar con un sentimiento de injusticia, de sinrazón, de no merecimiento...
Pensamos "¿Por qué a mí? " En esta instancia la herida no tiene propósito ni sentido, y en este punto del proceso puede ser necesario que sea así.
2. SIENTO IMPOTENCIA y ESCONDO LA HERIDA o la SOBRECOMPENSO
El hecho de atravesar esta fase de angustia y sobrecogimiento activa nuestros mecanismos de defensa y nos esforzamos en evitar y esconder la herida: ya sea ahuyentándonos de esos espacios, no creando cierto tipo de vínculos, evitando transitar ciertas situaciones... O por el contrario, encargándonos de hacerle ver al mundo que justamente en eso que sentimos que fallamos es nuestra fortaleza.
¿Te suena la frase "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces"? Pensar en ella puede ayudarte a entender la sobrecompensación y aunque pueda resultar paradójico forma parte del proceso de Quirón de la herida a la sanación.
3. BUSCO COMPRENDER LA HERIDA
Pero, evitar o sobrecompensar aquello que nos duele no nos ayuda por mucho tiempo. Es así como es en la tercera fase arquetípica que por fin estamos preparadas para intentar comprender la herida.
Para ello, muchas de nosotras acudimos a terapia, hacemos cambios radicales de vida o intentamos reflexionar acerca de nuestras dificultades a través de lecturas, cursos, maestros...
Es a través de este conocimiento profundo y aceptación de la herida que pasamos a la siguiente fase.
4. COMPARTO MI HERIDA con otros, los que a su vez también comparten la suya.
"No estoy sola. No sólo me pasa a mí"
El hecho de poder nombrar mi herida y reconocer las heridas y las batallas que libran los demás forma parte del proceso de sanación. No es casual que Quirón se descubriera a finales de la década de los '70 en pleno auge de las terapias grupales como pueden ser las destinadas a las adicciones o las destinadas a compartir las experiencias de cierto tipo de enfernedad o de duelo.
Compartir la herida con otras personas nos permite salir del aislamiento, sentirnos escuchadas, entendidas y apoyadas. Nos permite reconocer de una forma más cabal todo aquello que se encierra en nosotras mismas y nos permite seguir el camino de sanación.
Además el hecho de escuchar testimonios de personas que han vivido una situación parecida evidencian que no estamos solas y eso -además de que reconforta- es crucial para -como veremos en siguientes fases- querer ayudar y acompañar a otras personas.
"El sufrimiento, inherente a la condición humana, es una de las formas (no la única) en las que el sentido de la vida puede ser descubierto. El sufrimiento representa la oportunidad de realizar un valor supremo, y lo que más importa es la actitud que tomamos hacia el sufrimiento, nuestra actitud al atravesarlo, porque el sufrimiento deja de ser tal en el momento en que descubrimos un sentido."
Alejandro Lodi, Quirón el don de la herida
5. DEJO DE BUSCAR EL PORQUÉ y me enfoco en el PARA QUÉ:
Esta es una fase crucial que crea realmente una metamorfosis: En primer término porque de "ser víctima del destino" me convierto en un testimonio de Supervivencia y Resiliencia con un propósito. En segundo término porque dejo de echar la mirada todo el tiempo al pasado para poder conectar con el presente y el futuro preguntádome:
"¿Qué es lo que la vida pretende conmigo y mi experiencia?"
Esta pregunta juntamente con el conocimiento de que hay otras personas que pueden haber vivido mi misma situación es clave para determinar y llegar al final del recorrido, que podríamos traducir en esta última fase:
6. ENCUENTRO DIRECCIÓN y me convierto en CREADOR / SANADOR / MAESTRO /ACOMPAÑANTE y/o mejor persona
Durante el periplo de las fases anteriores y la necesidad de búsqueda de sentido seguramente nos hemos encontrado con diferentes herramientas, actividades, terapias... que poco a poco han hecho comprender mejor la herida, nos han proporcionado formas más amorosas para cuidarnos a nosotras mismas y a los que nos rodean.
Todas esas fases anteriores han sido un gran ejercitamiento del músculo de la comprensión, la compasión, el amor propio y el reconocimiento de las necesidades de los demás.
Aquello que más nos ha permitido sanar nuestras heridas se convierte en un camino y en una dirección formando parte ya sea de nuestra profesión y/o de nuestra mejor versión como persona/amiga/hija/hermana/compañera.
Es así también como -en mayor medida- llegamos a ser más amables con aquellos que nos cruzamos aunque no sean a su vez amables para con nosotras ya que al ver su mirada, tristeza, ira o reacciones, sabemos que tras ese hombre o mujer se esconde también una herida.
(*)
Usamos el término arquetípico como sinónimo de modelo o patrón que se repite y que representa un paradigma. Dentro de la cosmovisión astrológica los procesos son cíclicos , no lineales, es así como puedo ir desplegando estas fases en diferentes momentos de mi vida e ir puliendo la experiencia a través del proceso cíclico
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